Es que, duele cuando despues de creer ciegamente que esa amistad duraria la eternidad, en un instante a velocidad parpadeo, todo cambia. Y asi pasaron, horas, dias, semanas, meses... Hasta qe cansada de insistir en reparar los baches, decidi hablarte, sin esperar respuesta (como de costumbre): Pareciera ser qe es en esos momentos, cuando tenes todos tus cartas bien jugadas, y te toco un licuado de cosas positivas.
Me hablaste, y no podria explicar que felicidad causo en mi, un simple "hola". Me sentia flotar en un mar de sonrisas, que me elevaba a lo mas alto del cielo para arribar a la luna, y ver desde alli como florecia mi universo nostalgico. Lastima, que el regocijo duro, unos minutos. Al momento en que pense que todo podia retomar su estado de origen, segui con mis principios, continuo mi confesion de necesitarte tanto hasta el punto de sentirme morir deshidratada del llanto. No importo, y quizas no por frio, sino por miedo a volver a acercarte a mi, me respondiste tan seco como una bufanda un 21 de diciembre. Por encima de todo, te quiero, y anhelo lo que fuimos en algun momento de mi vida.