martes, 26 de abril de 2011

Tic tac.


Intento imaginar mi mundo visto a través de anteojos que cambian la forma de pensar de la gente que se los pone.
Lo que veo es increíble en verdad (de no creer, literalmente). La gente ama su vida, ama el hecho de despertarse cada día respirando. Ama estar solo a veces pero mas ama estar acompañado, ama envejecer y mostrarse arrugado feliz de la vida, feliz de haber llegado a la edad que tiene. Transforma ese dolor de huesos, esos dolores de cabeza y ese cansancio físico en energía positiva, de la buena. Disfruta de cada movimiento descendiente de la aguja segundera del reloj, porque sabe que un segundo atrás era igual de feliz que ahora, y ahora es igual de feliz que el segundo siguiente. O inclusive ama el futuro, porque piensa que en el instante siguiente al ahora se puede ser más feliz aún.
¿Saben de que me doy cuenta ahora que dije esto? Que alguna vez en mi vida, vi al mundo así. O al menos a una persona, que tenía verdaderas razones para sufrir, dejarse vencer y detener su paso... pero que aún así no lo hizo. Y esa persona, fue feliz, y seguramente lo es ahora...
¿Por qué nos cuesta tanto serlo? Me parece que sufrimos algo mucho mas terrible que una enfermedad o un suceso triste que nos auto-convence que se nos parte el corazón: LA INDIFERENCIA a la vida misma.

No me seas indiferente cuando te digo que te quiero, no lo seas cuando te lo dicen, no lo seas y decilo... SIEMPRE ALGUIEN ESTÁ NECESITANDO de eso cada vez que la aguja del reloj desciende.