jueves, 13 de octubre de 2011

Cuando respirar se hace difícil

Hola, ¿Cómo estás? ¿ Qué andarás haciendo de tu vida? ¿Te acordarás de mi? ¿Me tenés presente en ciertos momentos de tu vida, o alguna vez lo hiciste?
Juro que intenté poner en el fuego toda la leña que pude; y si pensás que falta más tengo una buena cantidad de diarios que pueden llegar a avivar el fogón. Pero ahora... desde lo más profundo de mi corazón, siento que por más que lo siga intentando, esa llama se va a apagar.
Te juro, que traté de equilibrar mi vida y dejarla en punto muerto para dedicarle unos minutos a la comprensión o al intento de hacerlo... de poder comprenderte. Y NO SIRVIÓ DE NADA!!
Que seamos distintos no implica que no podamos coexistir. No pretendo ser la mejor, pero no voy a dejar que te apropies de algo que también es mío, porque también me pertenece, y que en cada vez que me nombras pareciera que no fuese así.
Perdoname, pero ya no aguanto más. Ya no más... y ahora que lo pienso bien, no es que la llama se apaga; sino que creció tan desmedidamente que dejó de ser un elemento esencial, dejó de dar luz y calor en mis noches oscuras y congeladas. El fuego está más vivo que nunca y consume todo lo poco que queda... y en este caso HUIR es lo mejor, o dicho de otra manera: HACERSE A UN LADO.

No es lo que merezco pero ya vendrán tiempos mejores.

No hay comentarios: